ritmos caóticos. uno

Me reuniré con las garras de tu perversa mano, afianzaré lazos de extrema confianza, para poder comer de tus sobras, mi sudor de miles de llamas, será el camino sobre el que danzan los animales hacia su muerte.

¿Dónde quedan mis tripas, disecadas por el sol, usadas para tu beneplácito amor con el carbón? Negras son tus manos, sucias las uñas con tanta sangre humana, y más aún todas las estrellas, sucias, y extrañadas.

Nada ha de salir volando en mi contra, todo debe salir como lo hemos conversado, muerte dulce, amiga del pobre, el miserable, el explotado. Muerte, amiga del poder, del dolor y tus asquerosos huesos.

Traigo mis penas y tus dudas, en sobrecitos marcados con colores, con risas de niño, con dulces aromas de verano, para tirarlas en tu asquerosa cara, sucia y sangrienta, para que vomites de amor, para que me llames con mi nombre y desaparezcas en miles de destellos.