desfragmentados.

Ahora que lo pienso bien, esa mano la he visto antes, siempre la acompañó un deseo de apretar, de botar la rabia con todo, de que la quemara el sol, mientras las uñas sucias por la tierra marcan la piel. Mi piel, roja, sudorosa y salada, olvidada en el mar. Esos dientes tienen un amarillo lleno de humo de tabaco, un color humano distante de la pureza, lleno de odio, de furia y dolor, distante, amor, y ausente.

Hace días ya que no puedo mover los pies, ya hasta se me hace gracioso, ver esos animalitos morder lo que queda, y llevarse lo que te perteneció en teoría, por que no quisiste, o no quisimos, o no quise, o ellos no quisieron, no lo quisieron, y marcaron el futuro como un animal perfecto para el matadero, a fuego y sudor, llantos y pataleos.

Ahora que lo pienso bien, te me haces conocida, se me hace conocido todo esto, la sangre quizás se me escapa como el alma, y tu mano fue siempre lo único que mantuve cerca de mí, apretándola como si nada me la pudiera quitar. Explicar mi vida no tiene sentido, por que no tengo vida, ya no me quedan palabras, mis ojos siguen tus sueños de día y de noche, siguen tus pies, siguen tu pelo, siguen tus brazos, siguen tus piernas, siguen tu corazón, siguen tus manos, esas que recuerdo, esa que veo, esa que he visto antes.